miércoles, 16 de noviembre de 2011

EN LA MINA




En la densa noche
Y oscura helada,
 Cuando en tibio nido préstanse los pájaros
Calor de sus alas,

Y callados duermen
En las densas ramas
De árboles gigantes sombríos, sin hojas
Y faltos de savia…

Cuando el poderoso
Dormido descansa,
En lecho de plumas, y los niños sueñan
En mullidas camas,

Y parece muerta
La ciudad callada,
Donde nada turba el glacial silencio
De las horas largas,

Y pálida luna
Con su luz fantástica,
Desde el cielo alumbra á las retorcidas
Calles ,solitarias…

Cuando todo duerme
Y en calientes cuadras
Sobre blando estiércol reposan tendidas
Las bestias cansadas;

La mina, en su fondo
De tinieblas, guarda
Millares de obreros, cuadrillas de humildes
Legiones esclavas…

Hombres demacrados,
De vista apagada,
Pechos jadeantes, y brazos rendidos
Y curvas espaldas,

Trabajando ansiosos
Como bestias mansas,
Para hacerse fuertes contra la miseria
De sus pobres casas…

Y, juntos con ellos,
Sus hijos trabajan,
¡Pobres angelitos!, que llevan anemia
Pintada en sus caras,

De ojos apagados
Y mejillas pálidas,
Y labios cloróticos, y sucias, mugrientas
Melenas rizadas;

Jóvenes chicuelas,
Con fatiga, arrastran
Grandes carretillas repletas de hierro
Que la mina guarda,

Empujando ansiosas
Su crecida carga,
Con febril esfuerzo, luciendo huesudas,
Débiles espaldas…

Y todos respiran
Con placer, con ansia,
Gases perniciosos que envenenan lentos,
Óxidos que matan…

Cuando sonriente
Llega la mañana,
La mina de hierro los escupe afuera
Y van á sus casas,

Formando en la calle
Triste caravana,
¡Y en lechos mugrientos reposan rendidas
Sus carnes esclavas…!

Otras muchedumbres
Á la mina bajan,
Llenando su fondo cálido y oscuro
De nuevas entrañas.

Hasta que la noche
Sombría y helada
Llega silenciosa, y la mina, hambrienta,
Otros hombres, traga.

Que desaparecen
Por su boca larga
Que les lleva el vientre preñado de gases
Y óxidos que matan,

Y el trabajo, empiezan
Como bestias mansas
Para hacerse fuertes contra la miseria
De sus pobres casas,



Cuando todo duerme,
 Cuando todo calla,
Cuando en tibio nido préstanse los pájaros
Calor con sus alas,

Y en amplios establos
Y en calientes cuadras,
Sobre el blando estiércol, reposan, tendidas,
Las bestias cansadas….


Alberto Valero Martín                 Salamanca_ 1910