jueves, 30 de diciembre de 2010

A quien habla de la pera, le cae encima.

Un domingo, predicando
en cierto lugar un cura,
y cuando iba terminando
de destripar la Escritura.
dijo:_Sé con gran dolor
que existe en este lugar
un mísero pecador
imposible de salvar.
Desprecia los sacramentos,
es soberbio, es envidioso,
sacrílego, Injurioso,
rebelde á los mandamientos.
El se olvidó de la fe
que sus padres le enseñaron
y es más fiero que los que
á Cristo crucificaron.
Hasta de Dios tiene dudas;
es impostor cual Lutero,
como Mahoma embustero
y falsario como Judas.
Pensad todos con espanto
en su triste perdición:
para él no habrá redención
como no inteceda un santo.
A él le dirá el padre eterno:
_! Vete del cielo , maldito!
Yo desde él te precipito
con Lucifer al infierno._
Y en calderas de alquitrán,
mezclado de pez hirviente,
arderá el impenitente,
en compañía de Satán...
!Hermanos! Ese malvado,
de la impiedad triste ejemplo,
aquí se encuentra, en el templo;
lo tenéis á vuestro lado.
¿Queréis conocerlo? Pues
sabed que Satán espera
al que le caiga esta pera
tocada por Santa Inés..._

Dijo, y la pera tiró
al aire, arrogante y fuerte;
pero con tan mala suerte,
que es su cabeza cayó.
Al verse puesto en berlina,
gritó, más vivo que un rayo,
con voz turbia y faz mohina:
_! Esto no sirve! Es ensayo.

                                      B. Luna

Vida Socialista  16 de enero de 1910.